¡Y quedó más linda que nunca!
Con el verano a las minas se nos impone un tema de agenda mucho menos agradable que la pileta, la playa o los romances estivales: la depilación. ¿Alguien me quiere decir quién carajo inventó eso de la depilación? No hay una metáfora más perfecta de todas las cosas de mierda que tiene esta puta vida: te depilás porque mañana te vas a una quinta y cuando te despertás te encontrás con el alerta meteorológico más jodido del año; te hacés pierna entera y cavado profundo gritando como una cerda en ese cubículo caluroso, todo porque esperás que a la noche se te de con el chabón ese que hace como un mes te venías chamuyando, y cuando finalmente lo ves está más frío que el glaciar Perito Moreno y no da señal alguna de que se aproxime el rompimiento. Esa es la depilación preventiva: sufra, que en una de esas su vida mejora, ¡y no vaya a ser que esté peluda para la ocasión!
La depilación definitiva es todavía más patética: pagar un dineral para sufrir durante 784.952 sesiones y después, cuando ya está todo lisito lisito, ponernos melancólicas porque extrañamos nuestros pelos, compañeros de aventuras en momentos de soledad. Las mujeres somos cambiantes... ¿qué pasa si nos hicimos la definitiva y después nos volvemos hippies y se nos da por viajar de mochileras al medio del Amazonas? Una hippie sin pelos no es una verdadera hippie. Siempre estamos incompletas, o demasiado completas para el caso. Será que somos complicadas... odiamos nuestros pelos pero amamos dedicarle horas al vicio de la pincita.
Yo en esta vida lo probé todo, me dejé las axilas a la europea, implementé la gilette, la crema depiladora, y hasta en un día de furia me compré una de esas maquinitas que "¡¡arrancan el pelo de raiz por semanas!!". Ahí abajo llegué a hacerme la loca con un simpático corazoncito, una selva tropical y hasta el bigotito del Fuhrer para espantar a los cobardes.
La depilación me duele, me indigna, me hace llorar. Es hora de combatir ese estúpido mito de que es más higiénica (?). Los pedazos de cera que quedan pegados por todos lados dicen lo contrario.
En dos semanas voy a tener que depilarme de nuevo. Ya estoy quejándome desde ahora. En este tiempo tendría que ir a la pileta, coger desaforadamente o ponerme polleras muy cortas para que valga la pena el suplicio. Si no, no voy nada. El pelo está ahí por algo, para proteger al hombre de las amenazas externas. Y cuando digo hombre, me refiero a la mujer también. Se viene una legión de mujeres oso, y yo voy a ser la primera. Me dejo los pelos, como armadura, como símbolo de protesta, y fundamentalmente porque estoy harta... Además, seguro que Juana de Arco y Juana Azurduy eran peludas.
La depilación definitiva es todavía más patética: pagar un dineral para sufrir durante 784.952 sesiones y después, cuando ya está todo lisito lisito, ponernos melancólicas porque extrañamos nuestros pelos, compañeros de aventuras en momentos de soledad. Las mujeres somos cambiantes... ¿qué pasa si nos hicimos la definitiva y después nos volvemos hippies y se nos da por viajar de mochileras al medio del Amazonas? Una hippie sin pelos no es una verdadera hippie. Siempre estamos incompletas, o demasiado completas para el caso. Será que somos complicadas... odiamos nuestros pelos pero amamos dedicarle horas al vicio de la pincita.
Yo en esta vida lo probé todo, me dejé las axilas a la europea, implementé la gilette, la crema depiladora, y hasta en un día de furia me compré una de esas maquinitas que "¡¡arrancan el pelo de raiz por semanas!!". Ahí abajo llegué a hacerme la loca con un simpático corazoncito, una selva tropical y hasta el bigotito del Fuhrer para espantar a los cobardes.
La depilación me duele, me indigna, me hace llorar. Es hora de combatir ese estúpido mito de que es más higiénica (?). Los pedazos de cera que quedan pegados por todos lados dicen lo contrario.
En dos semanas voy a tener que depilarme de nuevo. Ya estoy quejándome desde ahora. En este tiempo tendría que ir a la pileta, coger desaforadamente o ponerme polleras muy cortas para que valga la pena el suplicio. Si no, no voy nada. El pelo está ahí por algo, para proteger al hombre de las amenazas externas. Y cuando digo hombre, me refiero a la mujer también. Se viene una legión de mujeres oso, y yo voy a ser la primera. Me dejo los pelos, como armadura, como símbolo de protesta, y fundamentalmente porque estoy harta... Además, seguro que Juana de Arco y Juana Azurduy eran peludas.
Etiquetas: depilación
13 Comments:
"tengo un problema femenino... no estoy todo lo suave... espero que no sea un impedimento"
no se si reirme o llorar... pero voy a optar por lo primero
Ayer hablábamos con un amigo sobre un tema de moda: el tránsito lento en las mujeres.
Él me decía que el problema con el tránsito lento es que las mujeres no se pueden tirar un pedo tranquilas.
En mi humilde opinión, no sólo las que padecen sequía intestinal deben cuidarse de desprenderse libremente de sus flatulencias.
Dejemos en paz a las mujeres. Quiero que las minas sientan el placer de tirarse un pedo animal en la calle y ser graciosas. Y atractivas. ¡¡¡Vivan las mujeres osos y las deshinibidas tirapedos!!! Abandonemos esta sociedad pedofóbica y avancemos: un mundo pedófílo nos espera.
Ayer hablábamos con un amigo sobre un tema de moda: el tránsito lento en las mujeres.
Él me decía que el problema con el tránsito lento es que las mujeres no se pueden tirar un pedo tranquilas.
En mi humilde opinión, no sólo las que padecen sequía intestinal deben cuidarse de desprenderse libremente de sus flatulencias.
Dejemos en paz a las mujeres. Quiero que las minas sientan el placer de tirarse un pedo animal en la calle y ser graciosas. Y atractivas. ¡¡¡Vivan las mujeres osos y las deshinibidas tirapedos!!! Abandonemos esta sociedad pedofóbica y avancemos: un mundo pedófílo nos espera.
(en general)
Una vez mas... me sorprendio!! Amiga, usted tiene toda la razon!! Me parecio magnifica su idea...
y seeee, por que no, me uno a la cruzada!!!
Muchos besos!
Vellos o bellos: esa es la cuestión.
PD: "cavado profundo" gran nombre!
Pablo:
Soportás tu tesitura?
Definitivamente este mundo se está yendo a la mierda...
No hay nada que me moleste más en toda la faz de Buenos Aires que las reivindicaciones feministas... ¡¡¡NADA!!!
No me parece justo que cierta persona que no quiero nombrar, ataque, así, muy sueltita como quien no quiere la cosa, una práctica tan noble y loable como es la sagrada institución de la depilación, y su máxima expresión de desarrollo y perfeccionamiento, representada por lo que maravilló al señor Sailor: el cavado profundo.
No... definitivamente me niego a entregar a las jóvenes argentinas, que le pertenecen a la sociedad toda, a esa pseudo agrupación estético-terrorista de mujeres panda.
Señores, señoras, estamos atravesando un proceso histórico de características indescriptibles que aún muchos no ven... o mucho peor... no quieren ver, porque como dice el popular refrán: No hay peor ciego, que el que es de nacimiento.
Ese proceso histórico al que me refiero, comenzó con la loquita esa de Eva Duarte de Perón que les otorgó el voto a la mitad inferior de la sociedad... y claro... hoy se animan a criticar la depilación...
¡¡¡ pero por favooooorrrrrrr!!!!!!!
No leí lo que puso "el negro niro", pero como escribió mucho presumo que no está tan seguro de lo que dice.
PD: mi comida preferida es la lasagna.
soy feliz
Absolutamente de acuerdo, yo adhiero a la selva más absoluta y al que no le guste que se busque una novia lampiña.
Me gustó mucho su blog!
Besos.
un poco sí. mucho pica, da calor y no permite lamer bien. el resto pincha.
es por su bien!
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