viernes, septiembre 21, 2007

La acción y la inacción

Hoy no tenía ganas de escribir en el blog. Prendí la computadora, abrí el Word, y ante la hoja en blanco, empecé a tipear. Sin ganas, pero lo hice igual.
Eso es lo que diferencia a los grandes hombres de los hombres pequeños, insignificantes. No es la genialidad. No es el heroísmo. No es el talento, ni la belleza, ni ninguna cualidad excepcional.
Todos podemos ser héroes y venir a este mundo a hacer algo fuera de lo común y cambiar el curso de la historia… pero… nos da paja.

La fiaca va desde lo más chiquitito a lo más grande.
No es sólo hacer la cama y limpiar el baño.
La noche que vas a salir sí o sí, por ejemplo, se pone a llover, esa garúa finita molesta. Y te quedás en la cama sin bañarte viendo películas por cable. Y te perdés de conocer al gran amor de tu vida porque… te dio paja.
O estás mal en tu laburo. Tu jefe te grita, ganás dos mangos, sos ingeniero industrial y te mandan a servir el café. ¡¡¡Deberías ponerte a buscar otro trabajo ya!!! Pero cuando cazás los Clasificados para marcar avisos la birome no te anda. Y te vas a parar a buscar otra pero te da paja, y te quedás en ese trabajo de porquería.
¡¡¡Tu paja puede matarte!!! Pedí ese turno con el médico por ese dolor que te viene afectando hace tiempo. ¡¡¡No te cuelgues más, podrías no despertarte mañana!!!

Otro sería el mundo si todos se hubieran rendido a la paja. Lo que distingue a un revolucionario del resto de los mortales no es un halo de grandeza, sino que ha logrado vencer la vagancia.
Imaginate si el Che Guevara hubiera tenido fiaca. Era un tipo de clase media alta, respetable, se casaba con la conchetita, habría sido un buen médico instalado para siempre en Córdoba Capital… Pero no, él quería viajar por Sudamérica, conocer los destinos de hombres y mujeres, involucrarse en la historia de su continente
O por ejemplo, Nelson Mandela. Pensá que hubiera pasado si el tipo decía, “la verdad es un garrón que en Sudáfrica a los negros nos traten así, la segregación es cualquiera. Estaría hacer algo, pero me da una paja…”

Hay una delgada línea entre la acción y la inacción. Y hasta a veces, una simple palabra. Es Martin Luther King, si en vez de decir “Tengo un sueño”, hubiera dicho “¡¡¡Tengo sueño!!!”.

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martes, septiembre 04, 2007

Breve noticia

Empecé Impro. Una amiga que también hace ya me lo había enseñado hace rato: la base de toda la filosofía del teatro de improvisación es que no se puede decir no. No se puede rechazar propuestas, dado que la negativa termina con el juego. Sólo cabe el si, y la construcción sobre ese si.
En esas ando últimamente. Será por eso que me estoy moviendo a lugares insospechados. Será por eso que me dejé de comer las uñas y quiero poner más que nunca las manos en la masa. Será por eso que tengo la mente bastante clara. Será por eso que hace rato que no escribo.

Pero los problemas volverán, tan segura estoy de eso como de que los pantalones oxford jugarán una nueva batalla contra los chupines. Y cuando vuelva a meterme en oscuras y complicadas -o simplemente simpáticas y divertidas- maquinaciones, el blog estará aquí, preparado para renovarse y alojar nuevas manías.
Será hasta entonces amigos. No es una despedida. Tan sólo un rato de inesperado bienestar.
Estar loca ha sido un verdadero gusto.

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