miércoles, noviembre 29, 2006

Yo vengo a ofrecer mi corazón

En mi barrio los negocios no duran. He visto kioscos convertirse en rotiserías, librerías mutar en videoclubs y panaderías devenir en lugares de depilación. Los locales son multiuso. Es indefectible. Un día uno es testigo del armado de la cosa, la pintura, los muebles... Y al tiempo el cartel que avisa del alquiler.

Vivo en un edificio sobre Honorio Pueyrredón al 300 desde que tengo memoria. Lo anterior es borroso. Pero toda la vida me pregunté quién soy, qué vendo, qué ofrezco. A veces me respondo con convicción y me pongo el negocio. Y cuando la cosa falla, pienso qué puede andar, planeo un poco, y armo de nuevo.

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viernes, noviembre 24, 2006

La esencia

Cuando yo egresé de salita de 5, los chicos espontáneamente le cantaban algo a cada uno en el momento en que pasaba a recibir el diploma. Florencia Caradona era "la más linda, la más linda". Mi noviecito Gonzalo (que, naturalmente, yo compartía con "la más linda") era "el más fuerte". Y yo... yo era "la que sabe leer, la que sabe leer".
Pero yo quería ser la más linda...
No entendí el potencial de ser la que sabía leer hasta mucho tiempo después.

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domingo, noviembre 19, 2006

Cuerpo y alma

No me gusta la escultura. Nunca me gustó. En todo, la escultura realista me es particularmente ajena, porque prefiero atravesar el espacio, violentarlo, a volverme maciza y convertirme en sutil espectadora. Pero del continuo que une el cuerpo perfecto de un mancebo griego a la cara inerte y verdosa de una gigantesca mujer estandarte de la libertad, me intrigan las bocas. Me hablan, me llaman, me transportan. Me convencen acaso de que atrás del cincel y de la masa uniforme de la roca existió alguna vez el fuego de una vida en movimiento, que el escultor plasmó en un instante quieto de la historia, pero cuya memoria sobrevive en esos labios.

Soñé que un hombre me besaba. Era cálido, algo trágico tal vez, pero así me gustan los hombres. Su boca, llena de vida entre el vapor de un espacio hostil, era una boca de labios amigables que me abrazaron y me inundaron como un té de canela en una árida mañana de invierno. En el sueño, sentí su boca despertándome. Yo estaba fría, como el mismísimo mármol.

lunes, noviembre 13, 2006

Estrellato

En el momento en que te das cuenta de que un par de gente te odia pero posta, pasan dos cosas.
Primero, te ponés un poquito mal. Luego, pasado el malestar, y si sos lo suficientemente astuto (léase entre líneas, guachito, picarón, malicioso, etc, etc.), te percatás de que tu situación es de hecho muy buena, porque significa que tenés el poder de producir sentimientos y reacciones fuertes en las personas. De ahí a la mesa de Mirtha, hay un solo paso.

miércoles, noviembre 08, 2006

Cuerpo y mente

Voy al gimnasio tres veces por semana. Una clase divina: body combat. Mucho salto, mucha piña, mucho gancho, mucho "upper", patada lateral, salto en tijera y esas cosillas. Recordé que podía transpirar a lo grande, y también que tenía un cuerpo juvenil capaz de hacer cosas más desafiantes que echarse a vegetar. Hasta ahí una maravilla.
La cosa es que yo no voy al gimnasio como el resto de los mortales. Moverme, me muevo. Pero no puedo evitar observar a las personas y sumergirme en apasionantes reflexiones mientras sigo las coreos como una autómata: ver quién es amiguito de quién, fijarme a qué minitas se chamuya el profesor y cuáles se lo quieren levantar a él, captar la peleíta interna entre mi profesor y el de la clase anterior (qué suele pasarse de horario con el estiramiento), y toda una serie de boludeces de espíritu similar que aplacan a esta ávida cabecita mientras la otra parte de mi persona intenta mejorar mi estilo de vida.
Aunque lo intente, no puedo ser una mina normal. Cuando muevo el culo, lo hago en forma de estudio sociológico.

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jueves, noviembre 02, 2006

Hartazgo

El año debería ir pidiendo la cuenta. Pero va a querer postre. Y café.
Es como cuando vas a un restaurant y estás a pleno con la idea de pedirte un pollo relleno a la mostaza con papas demiglás. Y cuando se lo tirás al mozo, el tipo te mira con resignación y te dice: -Mire que eso demora